Alba Cortés
NOS FLIPA
Nocturnal Raw
Mi trabajo siempre ha tenido como eje central el paisaje porque en su propia complejidad encuentro muchas similitudes con la pintura y el acto creativo, donde no se agotan las posibilidades de renovación y búsqueda y no importa el error porque el perderse descubre otros caminos.
“Indago mucho sobre la modificación y actualización de conceptos antes románticos como viaje, exploración o imaginario. Trato de romantizar a la vez que cuestionar algunas de las ambigüedades que forman parte de nuestra cultura tecnológica”. Alba Cortés
Mirar hacia el paisaje y entenderlo como una experiencia subjetiva me permite conectar con aquello que los espacios cuentan, lo que ocultan y lo que sugieren, al igual que sucede en la batalla pictórica, donde los gestos se contradicen, se tropiezan, desaparecen o se agolpan en un punto concreto del cuadro.
Ultravioleta I
Óleo sobre lino
50 x 50 cm
2022
Quizás por haber vivido la transición entre visitar ciertos entornos naturales a pie, o hacerlo a través de las pantallas mediante plataformas que ofrecen vistas detalladas de lugares antes indómitos, siento la necesidad de extender con la pintura otras vías hacia escenarios que se emplacen entre la ubicación concreta y la evocación subjetiva, que permitan incorporar nuestras emociones y explorar más allá de todas las imágenes o datos que puedan ofrecernos los portales propios de la época de la hiperconectividad.
Ultravioleta II
Óleo sobre lino
50 x 50 cm
2022
Es por eso que indago mucho sobre la modificación y actualización de conceptos antes románticos como viaje, exploración o imaginario. En la serie “Nocturnal RAW”, trato de romantizar a la vez que cuestionar algunas de las ambigüedades que forman parte de nuestra cultura tecnológica, llegando hacia lo que normalmente permanece oculto.
Ultravioleta III
Óleo sobre lino
50 x 50 cm
2022
Además de fotografiar, descontextualizar y llevar a la pintura fragmentos de entornos naturales bajo el foco de lo artificial, estoy jugando a reinterpretar algunas escenas descargadas de internet procedentes de cámaras de vigilancia nocturna, cuyo fin en la mayoría de los casos suele ser la caza. En ellas aparecen, al azar, fotogramas de animales ocupando el paisaje con sus actividades comunes, cruzando la tranquilidad de la noche y su misterio, ajenos a que un objeto extraño amenaza, mide y transmite sus movimientos; hace visible y real lo oculto y con ello arroja luz sobre lo que podíamos intuir o imaginar, fragmentando la dimensión fantástica que llegaba a alcanzar de ese modo.
No obstante, creo que, aunque existan imágenes precisas sobre lo lejano y nada se desconozca, la pintura siempre encuentra la forma de proponer nuevas narrativas abiertas a la interpretación personal y transformar en íntimos los espacios más universales. Esa sorpresa es lo que trato de perseguir desde mi propio proceso creativo, que es más bien uno de constante autodescubrimiento.
Foto A. Vicente.
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