Emparrado 2
NOS FLIPA
Silvia Cosío
Cuadernos de trabajo. Notas referidas a los Emparrados.
La serie de ‘Los Emparrados’ la pinté en 2022. Ha pasado tiempo y he tenido que revisar los cuadernos de trabajo y notas de aquellos días para recordar las ideas que barajaba por entonces. El tema que se repite en mis notas con más insistencia es la concentración frente al papel en blanco. San Jerónimo frente a la carta, el escriba frente al papel. La concentración como postura que en mí se expresa como la necesidad de ensimismamiento. Estoy también con las mesas, las mesas de la existencia. Bodegones y notas referidas al orden, la exposición y el valor de uso. “El mundo que se ofrece en la pintura de Luis Meléndez y de Chardin es un mundo ordenado, expuesto y en valor de uso”, anoto de mi lectura de Las Ruinas de Manuel Gregorio González. Aparece también Derek Jarman y su libro Naturaleza Moderna; un espacio para pensar y el jardín como proyecto de vida. Esto da lugar a una revisión del bodegón en transición, trasladado a un dentro / fuera. En mis anotaciones de trabajo aparecen referencias de las que no me acuerdo el por qué: “El trayecto geométrico → intuición geométrica pura. El transcurrir, la mutación, el cambio y la memoria (la estructura musical)”.
“El tema que se repite en mis notas con más insistencia es la concentración frente al papel en blanco. San Jerónimo frente a la carta, el escriba frente al papel. La concentración como postura que en mí se expresa como la necesidad de ensimismamiento”. Silvia Cosío.
La cabeza como destino.
La pintura con la que trabajé para desarrollar las cuatro variantes de ‘Los Emparrados’ es de Bartolomeo Cavarozzi, se titula Grape Vines and Fruit with Three Wagtails y se encuentra en el Metropolitan Museum of Art. Ahora, dos años después, me planteo viendo los emparrados expuestos en una galería de arte, que tal vez llevar mi problema con la hipersensibilidad y la falta de concentración a mundos más excesivos como los de la naturaleza y su exuberancia convierte esta práctica de repetición y variables, en una forma de ejercicio transformador que me ayuda a ordenar el caos, lo bueno y lo malo, que explota en mi cabeza. “Aquellos a los que la intensidad de lo que sienten desequilibra, evitan zozobrar llevando su cabeza a mundos más generosos” refiere Anatxu Zabalbeascoa en su artículo titulado ‘La casa de los nerviosos’. Algo así como la terapia sonora de soportar un acúfeno dándole más ruido blanco a la cabeza.
“La pintura con la que trabajé para desarrollar las cuatro variantes de ‘Los Emparrados’ es de Bartolomeo Cavarozzi, se titula Grape Vines and Fruit with Three Wagtails y se encuentra en el Metropolitan Museum of Art”. Silvia Cosío.
Un tema musical.
La serie de los Emparrados es un tema musical. No tiene nada que ver con la lumínica impresionista ni con los cambios de estaciones ni con las variaciones de diseño. Cualquiera que haya escuchado por ejemplo las variaciones Goldberg entenderá el método. Hay un tema principal llamado aria (un número de hojas, un número de frutas, una disposición fija en el plano) pero las melodías (los colores, las irrupciones, las frondosidades, las elisiones) cambian. El emparrado original, el aria, es ligeramente figurativo con una enorme parte abstracta en la parte inferior que sin embargo remiten a los tutores que se colocan en las plantas para guiarlas. También hay pájaros que nos comunican el carácter musical de la obra que a continuación nos van a enseñar. La pintura también se escucha.
Fragmento del texto de Manuel Rosal para el catálogo de la exposición ‘El trato con lo invisible’ organizada por DiGallery entre el 26 de septiembre y el 30 de noviembre de 2024.
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