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NOS FLIPA
Drili
La obra en sí arranca con la representación de una especie de la denominada “powerline”, un tipo de línea gráfica que se utiliza en las piezas de graffiti, y se suele colocar en los bordes del contorno de las letras, para resaltarlas más, darle un punto más de visibilidad a la pieza e incluso sirve como guía visual y compositiva de todo el conjunto. Significativamente hablando mi intención es dejarlo a libre interpretación del espectador.
“Siempre me gusta partir del graffiti, durante muchos años mi actividad creativa se basaba en desarrollar y pulir un estilo de letras para otros escritores de graffiti”. Drili
Siempre me gusta partir del graffiti, durante muchos años mi actividad creativa se basaba en desarrollar y pulir un estilo de letras para otros escritores de graffiti, un lenguaje codificado y un público hermético, un código que en principio solo entienden los participantes de este “juego”.
Con el tiempo me dí cuenta que el origen del proceso creativo de mi obra, se había transformado en un cuestionamiento constante de la forma como elemento comunicativo.
La deformación de las letras, para mi, nos lleva a otros planos de comunicación visual, ya no leemos la letra, sino que nos enfrentamos a su ritmo y movimiento, su profundidad o sus capas, disfrutamos en el color y la ausencia del mismo, de la materialidad y el atrevimiento para confundir al espectador sobre lo que ve, percibe y conoce.
No con la intención de que las obras sean incomprensible, simplemente que sean capaces de mostrar como es el jugar con la realidad que nos rodea, desde los colores de la ciudad con sus carteles de neón o las pantallas luminosas, el movimiento constante de imágenes que nos estimulan o la realidad virtual, procesados de tal manera que nos permitan crear un nuevo espacio, donde puedan convivir y encontrarse estos elementos.
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