En octubre de 2017, reconecte con una amiga que hace mucho tiempo no veía. Nuestra amistad refloreció y nuestras pláticas maduraron hacia lo más profundo del ser. En su discurso, noté que ella seguía dolida por una turbulenta separación y lo manifestaba a través de su arte sobrio que ante mis ojos se presentaba sin color. Prometí hacerle una canción de sanación, y no solo a sus oídos, sino que fuera un himno mundial en el que entendiera que no estaba sola.

Un mes después, fui a un concierto de Polo & Pan en la ciudad de México y un pequeño entourage francés los acompañaba. Una chica se me acercó y empezó a cantar en mi oído una melodía inventada sobre el beat de la música del lugar. Yo me le quedé viendo y le dije que necesitaba de su voz para ayudarle a mi amiga. Ella me dijo que sí, mientras nos adentramos más y más en la multitud hasta que terminamos frente a frente con la banda. La gente me abrió paso, ya que tengo una enfermedad crónico-degenerativa y me muevo en silla de ruedas. Polocorp, uno de los integrantes de la banda me vio a la distancia y le puso ‘loop’ en su tornamesa y bajó del escenario a saludarme. En ese momento Eva de Marce, Polocorp y YoSoyMatt nos conocimos.

Tan solo una semana más tarde, Eva y yo produjimos La Niña del Volcán, y sin conocimiento previo de las plataformas de streaming, la subimos con solo 3 días de promoción. En un mes, la canción se posicionó como una de las más virales de diversos países y yo le había cumplido mi promesa. 

Un año más tarde, contacté a Polocorp, recordando aquella noche en México y la historia detrás del track. Él me sugirió un remix que rebasó toda expectativa, volviéndose el estandarte de mi proyecto que alcanzó a una audiencia mucho más global (incluso un sync para la campaña internacional de Louis Vuitton en el 2020).

La niña del volcán –que llamaremos Aurora– y yo, nos alejamos y decidí contar la continuación en La Niña del Volcán capítulo 2, recordándole que la llovizna algún día volvería. Sobra decir que en este viaje me enamoré y desenamoré de ella, pero el tiempo puso las cosas en su sitio, entendiendo que hay amistades más grandes que el amor. 

Casi dos años después resolvimos nuestra relación caótica y comenzamos a trabajar juntos. Ella diseñando mis portadas y yo poniéndole letras a nuestra música. Dentro de mis reflexiones, entiendo las dificultades del amor desde una silla de ruedas y las experiencias que personas como yo, atraviesan en su vida. Aurora dijo Adiós es el resultado de aprender a dejar ir, reconciliar y reconocer que los volcanes en la Tierra no se pueden apagar.

Esta saga volcánica termina en una nota nostálgica y poderosa que espero pueda ayudarles a encontrar su volcán y no soltarlo nunca.