LO INVISIBLE
Las que arden
Hablamos con La Ejecutora, de Las que arden. Hablamos de esa fiesta que puede ser a veces algo banal, pero también puede ser algo sagrado. Chinchín.
«Cuando empezamos un proceso con el equipo, para empezar a crear, nos gusta reunirnos para hablar de por qué nos interesa el tema a cada uno y a cada una, qué deseos tenemos sobre el proyecto, qué queremos hacer…». La Ejecutora
Santificada sea la fiesta
El punto de partida de Las que arden era hablar de la necesidad de celebrar a pesar de los momentos difíciles, incluso después de una catástrofe. Esta idea, aunque parezca mentira, estaba planteada en enero de 2020. Por supuesto, cuando llegó la pandemia, era imposible que el espectáculo no se resignificara porque teníamos muy presente una catástrofe que estábamos viviendo.
En el verano después del confinamiento nos fuimos a una casa en el campo con unos amigos cercanos y, de pronto, experimentamos la idea de la que queríamos hablar: la fiesta puede ser a veces algo banal, pero también puede ser algo sagrado, algo ritual, un espacio de encuentro con la comunidad para celebrar la vida. Porque a veces lo sagrado es poner la mesa para comer, decirle a alguien que le quieres, darle un abrazo, bailar.
Este fin de semana ha sido un refugio, una cabaña a la que volver en busca de sensaciones y sentimientos a la hora de crear Las que arden.
La magia
En septiembre se presentó la programación de la temporada del Teatro Central y Las que arden se anunció tanto en la web como en el catálogo. El texto que la presentaba comenzaba así: “un grupo de amigos está en una casa después de una catástrofe. Nada más llegar a la casa han salido a dar un paseo por el campo y han visto un ciervo”.
En octubre volvimos a la casa del verano con el grupo de amigos. Nada más llegar, dejamos las maletas en la habitación y al mirar por la ventana vimos a un ciervo mirándonos fijamente. La piel se nos erizó al momento. El ciervo estuvo con nosotros en la casa todo el fin de semana.
En lo que ya estaba escrito, a los protagonistas de Las que arden, el ciervo les pareció una señal. A nosotros también.
El primer encuentro
Cuando empezamos un proceso con el equipo, para empezar a crear, nos gusta reunirnos para hablar de por qué nos interesa el tema a cada uno y a cada una, qué deseos tenemos sobre el proyecto, qué queremos hacer… En este primer encuentro ya salieron cosas que luego pasaron al espectáculo, como la relación entre la mesa para una comida y un altar o los deseos que habíamos tenido reprimidos durante la catástrofe, la real, la que habíamos pasado hacía poco.
La Aceitera
Unos meses antes de la fecha de estreno, hicimos una residencia de creación en la Aceitera, el espacio de Rocío Márquez. Aunque estuvimos trabajando todo el fin de semana, había algo festivo. Por la pandemia, que nos reuniéramos tantas personas en la misma casa a pasar unos días era algo especial. La propia esencia del espectáculo estaba ahí. Reunirse era importante, ya era celebrar.
Cantar por misa
En un momento de Las que arden se habla (y luego se pone en práctica) de cantar canciones comerciales de nuestra adolescencia o de perreo como si fueran canciones de misa. Esto ocurrió realmente. Fue en el BBK Live de 2018 esperando el concierto de The XX. Fue un momento trash a la vez que trascendente. Se creó una pequeña comunidad para ese momento. Había un lenguaje común y en ese sentido era ritual, aunque estuviéramos cantando Duro de pelar o El venao. Tal vez, durante Las que arden necesitamos volver a estos momentos donde celebrar, estar de fiesta, era normal, pero ahora, al no tenerlo, nos dábamos cuenta de lo importante que era.
Lo que hay detrás
Detrás de cualquiera de nuestros montajes, hay una parte importante de trabajo, pero sobre todo hay una parte de nuestra vida. Las personas con las que trabajamos no son compañeros, son familia. Y como en todas las familias, la confianza a veces puede ser complicada, pero el abrazo en el camerino después de un estreno es fuerte, es cercano, es de verdad.
Ficha Técnica:
Dramaturgia: Julio León Rocha
Dirección: Fran Pérez Román
Intérpretes: Celia Vioque, José Luis Bustillo, Verónica Morales, Tatiana Sánchez Garland, Julia Rodríguez, Julio León Rocha, Beatriz Arjona
Espacio escénico: Julia Rodríguez, Fran Pérez Román
Movimiento: Silvia Balvín
Música: Carlos R. Pinto (Lost Twin)
Vestuario: Gloria Trenado
Iluminación: Benito Jiménez
Fotografía: Miguel Jiménez
Prensa: Surnames Narradores Transmedia
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