Mi propósito es seguir aprendiendo cada día y disfrutando con lo que hago. Seguir pudiendo dedicarme a crear objetos que embellecen y que el público siga acogiéndolos tan bien como hasta ahora. Ser feliz con mi trabajo es una suerte y mi propósito es seguir siéndolo.

Se trata de una transición más natural de lo que pueda parecer. Desde pequeña siempre me ha gustado el mundo de la creación. Y era un gusanillo que en principio mantenía como un hobby. No podría crear de la misma manera si no hubiera estudiado Filosofía. Los griegos decían que la verdad y belleza eran inseparables y de alguna forma para mí también lo son, de una forma muy natural.

Porque el campo de investigación que ofrecen es muy amplio y disfruto con la mezcla de materiales que a priori pueden parecer antagónicos. Hace un par de años introduje también en la tienda piezas decorativas. Y me satisface la estupenda acogida que siguen teniendo.

Siempre hay dos líneas que surgen de una manera u otra en las diferentes colecciones. Una línea más geométrica y otra orgánica en la que aparecen elementos naturales como plantas o insectos. En colecciones como Las Alas de los Insectos y la Evolución de las Alas de los Insectos se refleja claramente la unión de esas dos líneas creativas.

Me encantan las vanguardias artísticas de principios del siglo XX. Y me fascinan las formas de la naturaleza. Lo maravilloso es el descubrimiento. Me puede inspirar el dibujo previo a una obra de Duchamp,  el desprendimiento de los pistilos de una flor… Hay que tener siempre los ojos muy abiertos.

Cualquier bordado de Madge Gill. Ella fue una artista Outsider, autodidacta, creaba piezas del tamaño de una postal y otras de gran formato guiada por el Myrinerest (traducido como my inner rest, mi paz interior).

Es un proyecto personal, mi espacio de investigación creativa, y una tienda-taller en la que puede darse el contacto directo entre quien crea un complemento y quien lo va a lucir tras adquirirlo.

El nombre viene de una obra de Francis Picabia en la que los filamentos de una bombilla representan la expresión francesa “Le Voilà”, que viene a decirnos “ya está”, “esto es”. Es a la vez ese momento de la creación y del descubrimiento, del “ya lo tengo” expresando el instante creativo.