fbpx Skip to main content

#Literatura #Teatro #Cine #Arte #Música

Los 3 de París era una rave

LOS TRES DE

«La fantasía atrapa el ambiente. Hace horas que no sabe lo que bebe, pero todo lo que ingiere tiene el sabor de un cosmos lleno de posibilidades absolutas…» París era una rave.

Ona y Leo coinciden por casualidad en el mismo avión con destino a París. Con todos los tópicos típicos de las comedias románticas, los protagonistas se reencontrarán en la sonada Secret Fairy Day, una fiesta secreta que tiene lugar una vez al mes, con la intención de compartir una noche de pasión a la francesa. Pero justo antes de entregarse a su primer beso, el chico vomita sobre la alfombra del vecino de abajo, que no es otro que el mismísimo Alejandro Jodorowsky, quien sufre los desmanes de los invitados a la soirée. Harto de ser tomado por el pito del sereno, el escritor, cineasta, tarotista y psicomago los condenará eternamente con una maldición: «De la fiesta no podréis escapar, en París para siempre os quedaréis, condenados a quererse, obligados a odiarse…».

Desde ese momento, lo que parecía ser un relato naíf y cursi se transformará en toda una peripecia surrealista por las nebulosas calles de París: polacos mutantes, un agente secreto clavadito a Ryan Gosling, un puticlub reconvertido en pizzería con pésimas críticas en TripAdvisor, un hombre con cabeza de palomo y una mendiga que canta canciones de Edith Piaf en bucle serán los integrantes de un circo catastrófico, embutidos en una gincana sin fin, donde el objetivo es acabar con el dichoso maleficio del autor chileno.

INSPIRACIONES DE NACHO LÓPEZ MURRIA

1. Mejor productor, Robert James Baker

Descubrí este libro gracias a la editorial Libros Walden y se convirtió en uno de mis favoritos para toda la vida. A modo de mockumentary, cuenta las desventuras de Shark Trager, un productor de la época más mitificada de Hollywood (de los sesenta hasta los ochenta). Su forma y fondo a modo de testimonios le aporta mucha frescura. Es disparatadamente divertida. La recomiendo siempre y ni qué decir que me genera una envidia cochina porque es el tipo de relato que me hubiese encantado que surgiera de mi cabecita desordenada.

2. El volver, Ángel Stanich

Una de esas canciones prófugas que nacen para sonar en bucle. Un día la abandonas y pasados los meses, la recuperas haciéndola sonar infinitamente mientras paseas al perro. Me encanta el universo lírico de Ángel Stanich. Es metafórico a rabiar, llena las canciones de personajes inconexos pero que se complementan a la perfección y logra mezclar humor bizarro con espejismos cotidianos. Esta canción podría haber sonado perfectamente en algún trance vivido entre Ona y Leo.

3. Hail Satan!, Simon Hannselman

Es muy triste acabarse una nueva novela gráfica de Megg y Mogg y su pandilla porque son pura droga, pero es más doloroso asumir que te has estado partiendo de risa con todos los marrones que le suceden a este grupete de desgraciadxs. Podría devorar todas las semanas a Hannselman como si fuera un suplemento dominical, en serio.

CONTACTO

Hola, si tienes alguna idea, proyecto, propuesta o simplemente quieres preguntar, dale: hola@chichaproyectos.org