Pues desde el primer día que se me ocurrió escribir un libro, los motivos principales fueron dos. Por un lado, acercar el mundo del vino en general y en particular el mundo del maridaje. Estos dos propósitos vienen precedidos de la idea que desde mi opinión, son muchas las veces, que se hace servir la palabra maridaje al hecho del comer y beber. Maridar va mucho más allá y en el libro creo queda bastante gráfico de lo que hablamos, el maridaje.

Cuaderno práctico del maridaje, es un libro para todos los públicos que explica que es, cómo se hacen, qué tipos de maridajes podemos encontrar e incluso ejemplos prácticos de maridajes. Una herramienta para amantes, conocedores y expertos en el servicio del vino.

Para mí el vino, no es solamente una cosa. Es cultura, pertenencia, pasión, de abuelos a padres hasta llegar a los nietos. Pero sobre todo es un alimento que pertenece a la dieta mediterránea que tiene un patrimonio espectacular ya que te permite viajar descorchado una botella. El vino es mi pasión, mi profesión y elemento de investigación.

El consumo responsable por delante de todo y si el consumo que uno hace es de calidad pues mucho mejor para quien bebe vino. Lo que critico siempre, es el trato que se le da al vino como alcohol fuerte desde las instituciones y no como un alimento que es lo que es. Falta apoyo a los jóvenes que siguen con el trabajo de sus padres, ya sea en una bodega o en una finca. Y otra lacra que hace años que dura es que los jóvenes prefieran beber ginebra de marca blanca en una plaza, en vez de compartir un buen vino en una mesa con su familia. 

Para estar al día es imprescindible estar al lado de los dos. Ya que tanto un mundo como el otro están en constante evolución. Estar al lado de los enólogos te hace entender muchas cosas del vino al igual que estar al lado de un cocinero. Esta es la clave para poder confeccionar o pensar maridajes. Si entiendes las texturas sabores y cocciones el camino del maridaje va en línea recta.

Esa es la única manera de poder avanzar, entender y sobre todo visualizar lo que va a pasar cuando el comensal pruebe un maridaje. Pero probando solamente no se llega a veces a donde uno quiere si no que hay también agentes externos al restaurantes que se tienen que valorar. Por ejemplo si estas en invierno o verano si la comida va a ser al mediodía o noche entre otros que prefiero no desvelar.

El truco, es que no hay truco. Trabajo, esfuerzo, horas y sobre todo estar al día tanto de técnicas culinarias como de procesos de elaboración son los trucos. Ah! Y no conformarse cuando un vino va perfecto para un plato si no que seguir buscando otras opciones ya que solo así probando, probando y probando uno puede crecer en esto del maridaje.

Un Riesling del Mosel para un arroz de mariscos.

Una Manzanilla Pasada con una ensaladilla de cigalas y caviar.

Côte Rôtie con un pichón de sangre con regaliz, frutas rojas y negras.